miércoles, 3 de abril de 2013

Ciclismo de Leyenda - I

 
Ocaña entra en la leyenda
 
 

Durante la Paris-Niza de 1971, Eddy Merckx se exhibe ante sus rivales. Lo hace de tal manera que durante el desarrollo de una de las etapas va silbando. En ese momento se le acerca Luis Ocaña y le dice: "Silba, silba ahora que puedes. Vendrán días en que no podrás hacerlo, ya me encargaré yo de ello.
 
Luis Ocaña espera pacientemente y se presenta en el Tour de Francia 1971 con la intención de batir al gran Eddy Merckx, dominador del ciclismo mundial en los últimos años. Ya ha sido ganador en dos Tour y en un Campeonato del Mundo, entre otras muchas victorias.
 
El Tour comienza con el triunfo del equipo Molteni en la CR por equipos. Merckx es ya líder. Tras ceder el maillot amarillo momentáneamente en la segunda etapa, lo vuelve a recuperar y parece haberlo hecho suyo ya para toda la carrera. Pero Luis Ocaña está esperando su oportunidad.
 

 
Y esta llega en la 8ª etapa con final en el Puy de Dôme. Con un demarraje brutal, Luis se marcha del grupo de favoritos y se presenta en meta en solitario. Consigue una renta de 15" sobre Merckx. Parece muy poco, pero hasta entonces no se había visto a Merckx en esta situación.
 
 
 

 
 

En la 10ª etapa, entre St. Etienne y Grenoble, Ocaña se vuelve a desmelenar y se marcha en una escapada con Thevenet, Zoetemelk y Gosta Peterson. Los cuatro llegan juntos a meta y Merckx cede 1'36" y, lo que es más impactante, el maillot de líder pasa a los hombros de Joop Zoetemelk.
 
 
Luis Ocaña sabe que ha llegado el momento. Al día siguiente hay otra etapa por la zona alpina entre Grenoble y Orcieres Merlette. Se pasan tres puertos de montaña: Laffrey, Noyer y la llegada a Orcieres. Ocaña lo avisa en la salida a los periodistas que le entrevistan: "Hoy es un día para atacar y lo voy a hacer muy pronto". Dicho y hecho, a los 15' de haber empezado la etapa y ya en las rampas de Laffrey, Ocaña alza el vuelo y se marcha majestuoso a la caza de Agostinho que había salido por delante.
 
 
A su rueda se van Zoetemelk, Peterson y Van Impe. Merckx está impotente y ni lo intenta. Peterson no llega a la cima de Laffrey con el grupo pues el ritmo de Ocaña es infernal. Así que tenemos a cuatro escapados bajando el primer puerto del día.
 

Merckx llega a la cima de Laffrey con una pérdida de 2'10". El Tour está convulsionado, todo el mundo está atónito ante lo que está viendo. "El Caníbal" está sufriendo como nunca lo había hecho antes.
 
 
Entre tanto, Luis Ocaña no permite que nadie le de un relevo, más bien les es imposible a sus compañeros de escapada el intentarlo. Su ritmo es frenético. Grupos de corredores intentan llegar hasta ellos, pero les es imposible y la diferencia no hace más que crecer.
 
En el Col de Noyer, Ocaña decide ir más allá del límite, sus compañeros no pueden más y han de ceder, dejar marchar solo al español y sobrevivir como puedan. Luis es líder virtual, pues estaba a 1" de Zoetemelk en la salida.
 
 
 
Faltan 60 kms para la meta y el espectáculo que está ofreciendo el conquense es brutal. Su ritmo es demoledor y la diferencia sobre sus rivales aumenta con el paso de los kilómetros. Las rotativas echan humo, surgen nombres como Bartali, Coppi, Bobet... todos para compararlos con esta monstruosidad de etapa que está haciendo el corredor del BIC.
 
 
 
 
Por supuesto llega el primero a meta entre la locura del público francés que ya no dejará de amar al español.
 
 
Las distancias con los demás son siderales. Van Impe es segundo ¡a 5'52"! Tercero Merckx... ¡a 8'42"! Un inciso... Ha sido tal el sufrimiento del belga en la etapa que más tarde confesó que estuvo a punto del abandono.
 
 
Volvamos a la clasificación para ver solamente un dato que da el peso decisivo a la hazaña de Luis Ocaña: a partir del 39º clasificado todos los demás han sido "fuera de control". Todos los demás son ¡67 corredores! Increíble.
 
 
A.
 
 
 


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