viernes, 14 de diciembre de 2012

Una mirada atrás (4)

En el valle de Aure.

¡Que ganas tenía de acercarme aquí! Y teniendo esta oportunidad no quise dejar pasar la ocasión y así, tras una buena madrugada que me llevó a remontar el discurrir del rio Cinca, alcancé la boca sur del Tunel de Bielsa.
 
Después de una larga espera y tras atravesar el tunel me encuento amaneciendo en Francia. Comienzo a bajar hacia Saint Lary, donde había planeado iniciar el recorrido. Ya voy disfrutando del recorreido y viendo nuevas zonas a explorar.
 
Tras encontrar un buen lugar para dejar el coche, me cambio, preparo la bici y arranco sin más dilación.
 
El día es espectacular, ni una nube y muy buena temperatura. Enseguida me doy cuenta que voy a dirigirme a una zona que me dejará boquiabierto.
 
 
La carretera discurre paralela al río Aure que baja pleno de agua y de fuerza.
 
 
Tras pasar por la localidad de Fabian aparece el cruce, como siempre perfactamente indicado. Hasta llegar aquí el tráfico ha sido escaso y el terreno siempre hacia arriba. Pero ahora comienza lo bueno.
 
 
El ascenso enseguida se hace duro, la carretera está perfecta y pronto te encuentras encajonado en el valle que asciende hacia el cielo.
 
 
Despues de ganar altura se despeja el terreno y la vista llega más lejos. Mirando atrás veo que he pasado por una zona bonita de verdad.
 
 
Pero hay que estar tranquilo, ya que más adelante se vislumbra otra nueva zona de quitar el hipo.
 
 
El terreno continua siendo dura, pero la ilusión con que se afrontan las rampas, la emoción de estar en este lugar y sobre todo la espectacularidad de la zona, hace que todo sea mucho más llevadero.
 
 
Tras llegar al cruce, giro a la derecha para dirigirme al primero de los lagos que hoy voy a visitar. El Lac d'Oredon. Simplemente impresionante.
 
 
Tras chapurrear con mi francés con el tipo de la barrera entiendo que al ser ciclista, tengo el camino libre de peaje. Sigo adelante y remonto por una recta dura de verdad. Pero pronto llego al alto y el terreno es ya muy fácil. Estoy en una zona alta de la montaña y ante mí aparece majestuoso el Lac d'Aumar. Tremenda la belleza de la zona, el agua es puro cristal y el aire hace hasta daño de lo puro que es.
 

 
Ya llevo visitados dos de los lagos y no puedo dejar de acercarme al Lac d'Aubert. Está muy cerca y sería una pena.
 
 
Es necesario desandar el camino y llegar al cruce donde tomaré hacia arriba para alcanzar el punto final de la excursión. En la bajada hacia el Lac d'Oredon no resisto el parar la marcha para fotografiar esta maravilla. Puedo ver la carretera que tengo que recorrer para llegar al final, a la presa.
 
 
Lo dicho, de nuevo en el cruce giro a la derecha y encaro el tramo final. Se me hace ya duro, pero sé que voy a pasar por una de las zonas anheladas de verdad. Y ya las veo ahí delante. ¡Ya estoy aquí! Desfruto como un enano en las curvas, con la ganancia de altura que me permite mirar abajo y visualizar la subida. ¡Buah! ¡Esto es enorme!
 

 
Desde arriba se puede ver una panoramica de Lac d'Oredon simplemente alucinante.
 
 
Me acerco al aparcamiento de la presa, hasta el chiringuito donde me tomo una cola y aprovecho para fotografiarme con el cuarto de estos espectaculares lagos pirenaicos que he visto hoy: el Lac de Cap de Long.
 
 
Se acabó, ya conozco otra zona que tenía grandes deseos de ver. No me ha defraudado nada y me quedan unos recuerdos preciosos. ¡Volveré!
 
Inicio una larga bajada que disfruto al 100%. Pronto llego a Saint Lary donde como un poco e inicio el viaje de regreso al campamento. Remonto hasta el Tunel de Bielsa donde me espera otra bonita cola para pasar al otro lado.
 
 
No me importa. Hace un día espléndido y me dedico a disfrutar del paisaje y a rememorar los cercanos momentos vividos.
 
 
A.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 


 

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